lunes, 24 de marzo de 2014

Messi se planta, sí hay liga.

El Barcelona pone fin a la primorosa racha del Real Madrid, que llevaba, nada más y nada menos que, 31 partidos sin perder. Concretamente, desde el último enfrentamiento contra el club catalán. Sin duda, un partido que genera muchas críticas por parte de la afición merengue que poco efecto tendrán en el resultado final.

Messi no decepciona. El de Rosario sorprendió al Bernabeu con su mejor versión, siendo protagonista de los cuatro goles y demostrando que las grandes citas son su plato fuerte. La Pulga no entiende de limites, con su 'hat trick' sigue añadiendo récords en su palmares convirtiéndose en la persona con más goles metidos en los clásicos, y así, dejando sentada a toda la afición madridista y en especial, al Balón de Oro 2013. Después de remontar hasta dos veces, el Barcelona sentencia un partido en el que no está dispuesto a perdonar. Con la ayuda de unas pocas clases magistrales de un gran maestro del fútbol llamado Andrés Iniesta acompañado de un ligero toque de ilusionismo del indiscutible Dios entre dioses, el equipo azulgrana se mantiene firme en la lucha por la liga. Con esta victoria nos asegura un final de liga muy competitivo y emocionante. Donde quedan nueve intensas jornadas destinadas a decidirlo todo.



Pese a los constantes intentos de algunos medios en crear excusas con el fin de desprestigiar el éxito barcelonista, el Barça abandona Madrid por la puerta grande dejando atrás a un cabizbajo equipo local. Demostrando ser un equipo muy superior tanto moral como futbolisticamente. Al final del día, lo importante es ver buen fútbol y disfrutar de él, que es exactamente lo que nos ofrecieron ambos equipos. Un partido que no dejó indiferente a nadie y que consiguió hacer gala del mejor fútbol, el fútbol español. Al final, ganar o perder, unos días unos y otros días otros. Espero que esta balanza se siga decantando más por nosotros.

En definitiva, feliz por la victoria de mi equipo, el mejor equipo del mundo. Y, a partir de aquí, de este partido saco una cosa en claro, la liga no empieza en agosto o en septiembre, empieza cuando lo decide Messi.

                                     

miércoles, 5 de marzo de 2014

NO ES UN ADIÓS, SINO UN HASTA SIEMPRE.

Después de diecinueve años vistiendo la camiseta azulgrana, quince desde su debut en primera, exactamente 593 partidos, una medalla de plata en los Juegos Olímpicos, seis Ligas, seis Supercopas de España, dos Copas del Rey, tres Champions, una Copa del Mundo, dos Mundiales de Clubes y dos Eurocopas, Carles Puyol anuncia su retirada del F.C. Barcelona.

El chaval descubierto de manera tardía por el Barça a la edad de diecisiete años, poco sabía que se convertiría en el hombre que a día de hoy, lo ha logrado todo. Sin duda, uno de los mejores defensas y jugadores más queridos de la historia del fútbol español. Donde consigue robar el corazón de, no solo los barcelonistas, sino de todos los amantes del fútbol. Por su caballerosidad, su honestidad, su entrega, su esfuerzo y sacrificio, Puyol consigue ser respetado y admirado por todos; compañeros, afición y adversarios. Un pura sangre que forma parte de una especie en extinción, en un mundo donde podremos encontrar infinidad de jugadores buenos, pero líderes como él, más bien pocos.

El capitán de capitanes, un hombre sencillo y humilde que lo ha dado todo por el fútbol y el Barça. Un orgullo tanto catalán como español. Sin duda, un ejemplo a seguir en todos los sentidos, fuera y dentro del campo. Cuando estamos acostumbrados a ver en los medios los lujos de los grandes deportistas, a Puyol le recordaré por sus grandes gestos humanos. Entre ellos, que se responsabilizara de pagar el tratamiento de Miki Roqué y el emotivo momento de Eric Abidal levantando la Copa de Europa. Sin duda, un símbolo de integridad. Convirtiéndose así, no solo en "el ángel de la guarda" de Piqué, sino de todos los barcelonistas.

Solo tengo palabras de admiración y agradecimiento para este jugador. El hombre que no se rinde, con su adiós, se convierte en una leyenda azulgrana que a final de temporada se marchará dejándonos su legado de oro; donde no solo quedarán los títulos sino su forma de ser.

Gràcies Carles, gràcies capità.